Nos miran, nos etiquetan. Nos miramos, nos etiquetamos. Nos excluimos.

Desde el momento en que se nace con una discapacidad, o simplemente se adquiere, comienza una lucha, injusta por demás. Una etiqueta que no elegimos tener, pero que sin embargo llevamos por el resto de nuestros días, contra viento y marea, a sol y sombra. Etiquetas que en realidad todos llevamos y que hacemos parte de ellas. Construcciones hechas con la finalidad de establecer cierto orden, que terminaron por hacernos  daño...Cuánto daño que han hecho y hacen las etiquetas....


Las etiquetas, establecen o pretenden establecer un orden, pero con ellas nos han inculcado inconscientemente, miedo, sí, miedo, aquello que por convención, se me ha dado, lo tomo como verdadero sin siquiera cuestionarlo por un segundo.  Se nos han dado Derechos, pero también nos han sido heredadas etiquetas y las segundas parecieran estar por encima en la contienda acerca de lo convencional en la sociedad misma. Miedo, a experimentar, conocer, develar, asimilar, juntar, crear, superar, un profundo y voraz miedo a reconocer-nos.



Las etiquetas son prejuicios, que nos escinden entre los seres humanos, nos distancian, no nos permiten una verdadera comunicación entre los unos y los otros. Nos predisponen, no nos permiten ser y por lo tanto no nos permiten dejar ser al otro. Estamos tan encerrados en nosotros mismos, que nos perdemos del mundo, estando sin embargo inmersos en él.

Se habló en un principio de inválidos, minusválidos, discapacitados, hoy en día de personas con discapacidad, diversidad funcional, entre muchos otros subtipos, que sería demasiado larga la lista para siquiera hacerla en estas líneas...Cuánto daño nos han hecho y nos hacen las etiquetas, a la humanidad... Incluso cuando estas son bien intencionadas, nos dañan, un ejemplo, que es aceptado por muchos, inclusive por mí persona, se evidencia en el hacer la distinción entre personas con discapacidad y personas “convencionales”, ¿qué se quiere decir con esto? ¿Por tener una discapacidad, no estoy dentro de las convenciones? Si acaso ¿qué es lo convencional? ¿Quién dictamina que es lo convencional? ¿Es algo que se construye entre todos? Me parece que no ha sido así.

Las etiquetas nos programan, dictaminan nuestro actuar, mutilan el encuentro con el otro. Parecieran dar cierto sentimiento de superioridad a algunas personas ante los otros, esto puede ser consciente o en la mayoría de casos inconscientemente, son muchas ocasiones en las que alguna persona “convencional”, interactúa con una persona con discapacidad, e independientemente de su intención y debido a lo convencional, por los prejuicios, las etiquetas en fin.  Pasan por encima las primeras de las segundas, bien sea queriendo ayudar o simplemente discriminando, porque las etiquetas son demasiado fuertes y están muy arraigadas a nuestro ser, como para permitir expresarnos a plenitud y por supuesto permitir expresarse a los demás....Cuánto daño nos han hecho y nos hacen las etiquetas... Pero ellas no deben y sobre todo no pueden vencernos, en algunas ocasiones se hacen necesarias. No obstante, somos más que ellas, sin lugar a dudas.

Y sin embargo, Stephen Hawking, es considerado como el  astro-físico de mayor renombre en el mundo desde los tiempos de Einstein, ¿es Hawking considerado y tratado como una persona con discapacidad? No lo sé, parecería que no.

Alejandro Enrique Blanco Parra.

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